sábado, 17 de octubre de 2009

Científicos detectan la solidificación del núcleo interno de la Tierra

El núcleo interno sólido de la Tierra comenzó a formarse hace más de mil millones de años, cuando el núcleo de hierro líquido que lo rodea empezó a solidificarse. Desde entonces ha crecido hasta alcanzar ahora un radio de aproximadamente 1.200 kilómetros. Pero la dificultad para estudiarlo radica en los miles de kilómetros de roca que nos separan de él. Como resultado, sabemos más acerca de la superficie de otros planetas que de las profundidades del nuestro.

Sin embargo, los científicos tienen una herramienta potente para estudiar la arquitectura del interior de la Tierra. Cuando se desencadenan grandes seísmos o potentes explosiones, las vibraciones (como ondas sónicas) viajan a través de la Tierra y los sismómetros pueden detectarlas a grandes distancias, incluso al otro lado del planeta. Estudiando las características de estas ondas, como por ejemplo cuánto tardan en llegar al instrumento, y cuán fuertes son, los científicos pueden inferir muchas cosas acerca del interior del planeta.

Los más recientes avances en la sismología han resultado de las observaciones simultáneas de estas ondas empleando un número muy grande de instrumentos en redes densas. En el presente, la más grande de estas redes es la japonesa Hi-net.

Un beneficio extra de esta red es que los datos pueden ser usados también para estudiar el interior de la Tierra a gran profundidad, buscando las débiles vibraciones que pasan a través del núcleo del planeta. Una de estas señales tan sutiles es la onda sísmica llamada PKJKP. Las propiedades de esta onda contienen un tesoro de datos acerca del núcleo interno terrestre.

Además de obtener evidencia directa de su solidez, el equipo observó evidencia de "textura" en el hierro del núcleo interno. Esto puede revelar los patrones dejados por el proceso de solidificación del hierro líquido del núcleo externo.


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