lunes, 13 de septiembre de 2010

Cambio climático y desastres naturales

Las catástrofes naturales de estos últimos meses han servido de alarma sobre la “urgencia” de desbloquear las negociaciones sobre el clima, cuya próxima gran cita es en diciembre, estimó ayer la responsable de la Organización de las Naciones Unidas sobre el clima, Christiana Figueres.

“Las noticias del verano (boreal) nos han dicho a gritos que no deseamos un futuro de desastres climáticos globales intensos”, explicó Figueres durante una conferencia de prensa, celebrada antes de una reunión informal de dos días en Ginebra sobre la cuestión de la financiación de los cambios climáticos.

Figueres, secretaria general de la Convención marco de la ONU sobre cambios climáticos, añadió que la “ciencia demostrará si y hasta qué punto estos eventos (como las inundaciones en Pakistán y la canícula en Rusia) están relacionados con los cambios climáticos causados por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero”. “Pero hay una cosa que es segura”, insistió: “no podemos permitirnos que aumenten los desastres de este tipo”.

Para la responsable, los gobiernos, que son los únicos que pueden hacer que el mundo se comprometa rápidamente con una disminución de sus emisiones, han tomado conciencia de la “urgencia” de la situación.

A tres meses de la próxima gran conferencia de la ONU sobre el clima en México, “existe una sensación creciente sobre la urgencia con que se debe avanzar en Cancún”, aseguró Figueres.

“Están más cerca de una forma de acuerdo pero siguen divididos en cuanto a su contenido”, reconoció la funcionaria.

Unos 40 ministros y altos responsables mantienen reuniones, ayer y hoy, en Ginebra, Suiza, para analizar la ayuda a los países más vulnerables, uno de los puntos que podrían restablecer la confianza y darle un nuevo aliento a las negociaciones.

Entre los temas que se están tratando figura la ayuda de 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 que prometieron los países ricos a los más vulnerables, durante la pasada cumbre de Copenhague, en diciembre de 2009.

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