El Observatorio Pierre Auger sumará un segundo instrumento para la mejor localización de partículas elementales. El primero se instaló en noviembre de 2009; el segundo estará listo el 19 de setiembre.
Tras la meta de conocer el origen del Universo, el Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger, ubicado en el sureño departamento Malargüe, continúa en acción. En la actualidad, la colaboración argentino-alemana, que forma parte de este ambicioso proyecto científico internacional, trabaja en un nuevo detector de partículas elementales que permitirá seguir con los estudios energéticos.
El primero de estos novedosos detectores de partículas elementales (denominadas muones) se instaló en noviembre de 2009. Después de esto, está próxima la instalación del segundo, que será a partir del 19 de este mes, y así se inicia la etapa de “prueba de prototipo”.
“El fin de este proyecto es tratar de discriminar la masa del rayo cósmico primario (protón)”, detalló la astrónoma Beatriz García, investigadora del Conicet que, además, es uno de los cuarenta científicos argentinos que forman parte de Pierre Auger. El costo del proyecto es de 4 millones de dólares, en la primera fase.
Para llevar adelante este objetivo, treinta investigadores argentinos están abocados a esta nueva idea de extensión del Observatorio. Según explicó García, se trata del Proyecto Amiga (Auger Muon and Infill for a Ground Array) y éste es uno de los tres experimentos de extensión aceptados para el Pierre Auger. Su propósito principal es ampliar el rango de mediciones de energías en la parte más baja del espectro que se analiza en este sitio.
Una característica de estos detectores es que tienen que ser enterrados y están formados por varillas de plástico, que tienen flúor. “Cada una de estas varillas tiene una fibra óptica que transmite la energía”, detalló la astrónoma local. Estos nuevos detectores permiten distinguir específicamente las partículas elementales (muones) entre otras partículas que llegan a la superficie.
Ya se instaló uno de estos detectores en noviembre y desde el 19 de este mes se comienza a colocar el segundo. Mientras, para 2011 se pretende poner en marcha a otros 64 detectores.
“La primera etapa de trabajo se denomina prueba de prototipo, mientras que la segunda estará lista cuando estén funcionando siete detectores. El Proyecto Amiga estará completo cuando todos estén trabajando”, argumentó García.
Además, completó la científica, todo el desarrollo de comunicación para llevar adelante este trabajo fue elaborado por los argentinos.
El Observatorio
Es clave recordar que el objetivo general del proyecto Pierre Auger es entender el origen y composición de las partículas con mayor concentración de energía conocida, es decir, los rayos cósmicos de ultra alta energía.
Estos rayos son protones y núcleos atómicos que viajan a través del universo con velocidades cercanas a la de la luz. Apenas estas partículas ingresan a la atmósfera terrestre chocan con moléculas de aire y crean una cascada de partículas secundarias, que pueden dispersarse en cuarenta o más kilómetros cuadrados cuando llegan al planeta.
Los últimos avances presentados por el Pierre Auger -que estuvieron en la tapa de la Revista Science- vincularon el origen de los rayos cósmicos de ultra elevada energía con las galaxias más cercanas que tienen núcleos activos. Esto abrió una nueva disciplina de investigación, la astronomía de partículas cargadas.
También es importante recordar que el Pierre Auger trabaja desde su inicio con dos tipos de detectores -los de superficie y los de fluorescencia- para “capturar” rayos cósmicos.
Tras la meta de conocer el origen del Universo, el Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger, ubicado en el sureño departamento Malargüe, continúa en acción. En la actualidad, la colaboración argentino-alemana, que forma parte de este ambicioso proyecto científico internacional, trabaja en un nuevo detector de partículas elementales que permitirá seguir con los estudios energéticos.
El primero de estos novedosos detectores de partículas elementales (denominadas muones) se instaló en noviembre de 2009. Después de esto, está próxima la instalación del segundo, que será a partir del 19 de este mes, y así se inicia la etapa de “prueba de prototipo”.
“El fin de este proyecto es tratar de discriminar la masa del rayo cósmico primario (protón)”, detalló la astrónoma Beatriz García, investigadora del Conicet que, además, es uno de los cuarenta científicos argentinos que forman parte de Pierre Auger. El costo del proyecto es de 4 millones de dólares, en la primera fase.
Para llevar adelante este objetivo, treinta investigadores argentinos están abocados a esta nueva idea de extensión del Observatorio. Según explicó García, se trata del Proyecto Amiga (Auger Muon and Infill for a Ground Array) y éste es uno de los tres experimentos de extensión aceptados para el Pierre Auger. Su propósito principal es ampliar el rango de mediciones de energías en la parte más baja del espectro que se analiza en este sitio.
Una característica de estos detectores es que tienen que ser enterrados y están formados por varillas de plástico, que tienen flúor. “Cada una de estas varillas tiene una fibra óptica que transmite la energía”, detalló la astrónoma local. Estos nuevos detectores permiten distinguir específicamente las partículas elementales (muones) entre otras partículas que llegan a la superficie.
Ya se instaló uno de estos detectores en noviembre y desde el 19 de este mes se comienza a colocar el segundo. Mientras, para 2011 se pretende poner en marcha a otros 64 detectores.
“La primera etapa de trabajo se denomina prueba de prototipo, mientras que la segunda estará lista cuando estén funcionando siete detectores. El Proyecto Amiga estará completo cuando todos estén trabajando”, argumentó García.
Además, completó la científica, todo el desarrollo de comunicación para llevar adelante este trabajo fue elaborado por los argentinos.
El Observatorio
Es clave recordar que el objetivo general del proyecto Pierre Auger es entender el origen y composición de las partículas con mayor concentración de energía conocida, es decir, los rayos cósmicos de ultra alta energía.
Estos rayos son protones y núcleos atómicos que viajan a través del universo con velocidades cercanas a la de la luz. Apenas estas partículas ingresan a la atmósfera terrestre chocan con moléculas de aire y crean una cascada de partículas secundarias, que pueden dispersarse en cuarenta o más kilómetros cuadrados cuando llegan al planeta.
Los últimos avances presentados por el Pierre Auger -que estuvieron en la tapa de la Revista Science- vincularon el origen de los rayos cósmicos de ultra elevada energía con las galaxias más cercanas que tienen núcleos activos. Esto abrió una nueva disciplina de investigación, la astronomía de partículas cargadas.
También es importante recordar que el Pierre Auger trabaja desde su inicio con dos tipos de detectores -los de superficie y los de fluorescencia- para “capturar” rayos cósmicos.
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