viernes, 29 de octubre de 2010

Un modelo matemático describe el funcionamiento cuántico de los músculos

Científicos del departamento del Instituto de Alemania han utilizado la mecánica cuántica para describir el funcionamiento de una proteína (miosina) de la que dependen los movimientos musculares. La miosina ha sido analizada como un objeto cuántico, es decir, un objeto susceptible de presentar dos estados distintos (como el electrón), en lugar de mantenerse definida en un solo estado. A partir de este análisis, los investigadores modelaron con precisión el comportamiento del músculo cardiaco y el comportamiento muscular de insectos en pleno vuelo, lo que supone un importante avance dentro de una rama científica emergente: la biología cuántica.

Científicos del departamento de física de sistemas complejos del Instituto Max Planck de Dresde, en Alemania, han utilizado la mecánica cuántica para explicar la amplitud y las variaciones completas de las curvas que producen los músculos.

La mecánica cuántica es una de las ramas principales de la física, y explica el comportamiento de la materia y de la energía en el mundo de lo más pequeño (los átomos y las partículas subatómicas). Este mundo funciona de manera muy distinta a lo que puede observarse a nivel microscópico, es decir, escapa a las leyes de la física clásica.

El nivel cuántico de la biología
Sin embargo, hasta hace unos años, los científicos no habían podido aplicar la mecánica cuántica al estudio de los complejos sistemas biológicos porque éstos están compuestos por tantísimos átomos que resultaba imposible el procesamiento de la información sobre ellos.

Los grandes avances realizados en las últimas décadas en la capacidad de procesamiento de los superordenadores, así como el desarrollo de herramientas matemáticas eficaces para resolver las ecuaciones de la mecánica cuántica, están acabando con esta limitación.

Ahora, los superordenadores pueden realizar los cálculos necesarios para conocer cómo funciona la biología a escala cuántica o cómo el comportamiento atómico condiciona la biología, lo que ha hecho que emerga una nueva rama de investigación conocida como biología cuántica.

Hoy día, la biología cuántica se está desarrollando ya en muchos laboratorios del mundo, y nadie duda de que los efectos cuánticos jueguen un papel importante en el funcionamiento de las moléculas biológicas, de las células e, incluso, del cerebro.

Proteínas cuánticas
Según publica la revista
Technology Review, en concreto, el trabajo de los investigadores del Max Planck Institute, dirigido por Tieyan Si, consistió en crear un modelo cuántico del comportamiento de los músculos o, lo que es lo mismo, un modelo de cómo funcionan los músculos a escala microscópica.

Tieyan Si se centró en el estudio de la
miosina, que es una proteína fibrosa implicada en la contracción muscular, el motor molecular que hace que se produzcan las contracciones musculares.

El científico analizó esta proteína, la más abundante del músculo esquelético, como si ésta fuera un objeto cuántico, susceptible de ser descrito por la mecánica cuántica, y no por las leyes tradicionales de la física clásica. Pero, ¿cómo lo hizo?

Para empezar, debemos explicar que las fibras musculares están compuestas por actinas (una proteína globular), que podríamos describir como “cuerdas”, y por miosinas, motores musculares que funcionarían como “tiradores”. Cuando se produce un estímulo eléctrico, la miosina se activa tirando de las “cuerdas” de la actina, lo que produce la contracción muscular.

La fuerza que producen los músculos sería, por tanto, el resultado de la activación de múltiples motores microscópicos de miosina que tiran y se relajan. Sin embargo, estos procesos no se producen necesariamente de forma coordinada, sino que parecen seguir patrones más complejos.

Así, por ejemplo, si los músculos se contraen rápidamente no se genera una señal de fuerza igual que si se contraen de manera lenta.
La descripción de dichos patrones complejos no es sencilla. Tieyan Si lo hizo suponiendo, simplemente, que cada motor de miosina era un objeto cuántico, es decir, que cada uno de dichos motores minúsculos, en lugar de tener una forma única como los objetos de la realidad macroscópica, podía tomar dos formas o estados (como sucede como los electrones según la mecánica cuántica), y que el cambio de uno de estos estados al otro o viceversa sería lo que provocaría la contracción muscular.

Fuente

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acompaño al pueblo argentino por la perdida física del ex presidente Kirchner.
Aportó mucho a la región.

Les dejo este mensaje aunque no tenga nada que ver con el contenido del blog, es que ví la bandera de su país con el lazo negro.

clases particulares dijo...

la racionalidad de las matematicas aveces es dificil de entender..
creo que constancia y dedicacion se puede lograr
saludos
sebastian