El científico ruso Grigori Perelman, reconocido como el hombre más inteligente del planeta por haber resuelto un intríngulis matemático conocido como la "Conjetura de Poincaré".
Sus compañeros de trabajo del Instituto Matemático Steklov, de San Petersburgo, comentaron que, para él, "el dinero y los premios no son lo más importante".
En 2002, este singular científico resolvió la hipótesis matemática de Poincaré, que ha intrigado a la humanidad durante el último siglo. Hijo de otro prestigioso matemático, Yakov Perelman, autor del famoso manual "Amusing Phisics", heredó de él algunas excentricidades. Grigori decidió un día abandonar su puesto de profesor y le dedicó ocho años a la resolución del problema matemático.
"Es un hombre ensimismado. A veces da la impresión de estar un poco chiflado. Pero eso no es un defecto sino una cualidad de todos los buenos matemáticos", lo describió Yevgueni Damaskinski, colega suyo en el instituto.La medalla a la que accedería el ruso es considerada el "Premio Nobel" de la Matemática, un premio que se entrega cada cuatro años en el Congreso Internacional de Matemáticos. Si el científico no asiste a la reunión, no será la primera vez que rechace un reconocimiento.
Ya lo había hecho en 2000, cuando no aceptó el millón de dólares que ofreció el Instituto Clay de Massachusetts, en los Estados Unidos, a quien resolviera uno de los siete enigmas matemáticos del milenio. Aquella vez, Perelman, a quien llaman Grisha (diminutivo de Grigori), fue lapidario en las explicaciones: "No creo que ser el más inteligente del planeta, a juicio de un instituto privado estadounidense, sea un gran honor". Inteligente y con convicciones, es un misterio más entre otros tantos enigmas aritméticos.
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