En 1843 escribieron un graffiti que se convirtió en la base de la Mecánica Cuántica
El subconsciente puede ofrecer la solución a un problema. El matemático Hamilton grabó en un puente una ecuación porque no tenía papel.
DUBLIN, Irlanda.- El subconsciente puede aportar la salida para un problema que parece imposible de desentrañar. El matemático William Rowan Hamilton (1805-1865) experimentó este proceso el 16 de octubre de 1843, cuando paseaba con su esposa por el puente de Broombridge, en Dublín, Irlanda, y descubrió la solución para un problema matemático que significó el origen de la Mecánica Cuántica. Llevaba un largo tiempo en la búsqueda.
El científico cayó en la cuenta de que un sistema aritmético no tiene por qué cumplir la propiedad conmutativa y, en un acto luminoso, vio en su mente cuáles debían ser las ecuaciones que debía utilizar. Hamilton contó que, en se momento, no tenía papel para anotar los resultados y los escribió en una de las barandas del puente. Ese grabado aún se conserva en Irlanda.
Proceso interno
Esta lógica fue defendida luego por reconocidos matemáticos para explicar que las soluciones pueden aparecer de manera imprevista, como una iluminación, empujadas por el subconsciente.
Uno de los expertos que avaló este axioma fue Henri Poincaré (1854-1912). Según el científico, el proceso de la creación matemática comprende tres etapas. La primera es de análisis consciente y deliberado sobre el problema, y su función es crear los elementos para construir las bases de la solución.
La segunda puede confundirse con el abandono del conflicto pero, en realidad, se trata de la incubación. Aquí, el subconsciente combina los componentes que le suministra la consciencia y, mediante operaciones sistemáticas, elabora una idea.
Una vez creada, es enviada hacia la mente consciente, en un momento repentino, como una iluminación, y puede emerger, incluso durante el sueño. En la tercera etapa se examina el resultado obtenido y su aplicación.
Este método creativo también fue experimentado por el genial músico, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Las ideas musicales emergían en su mente, de manera impredecible, por ejemplo, mientras jugaba al billar. Cuando sucedía, el artista suspendía el juego para anotarlas en una libreta que siempre dejaba sobre los bordes de la mesa.
El científico cayó en la cuenta de que un sistema aritmético no tiene por qué cumplir la propiedad conmutativa y, en un acto luminoso, vio en su mente cuáles debían ser las ecuaciones que debía utilizar. Hamilton contó que, en se momento, no tenía papel para anotar los resultados y los escribió en una de las barandas del puente. Ese grabado aún se conserva en Irlanda.
Proceso interno
Esta lógica fue defendida luego por reconocidos matemáticos para explicar que las soluciones pueden aparecer de manera imprevista, como una iluminación, empujadas por el subconsciente.
Uno de los expertos que avaló este axioma fue Henri Poincaré (1854-1912). Según el científico, el proceso de la creación matemática comprende tres etapas. La primera es de análisis consciente y deliberado sobre el problema, y su función es crear los elementos para construir las bases de la solución.
La segunda puede confundirse con el abandono del conflicto pero, en realidad, se trata de la incubación. Aquí, el subconsciente combina los componentes que le suministra la consciencia y, mediante operaciones sistemáticas, elabora una idea.
Una vez creada, es enviada hacia la mente consciente, en un momento repentino, como una iluminación, y puede emerger, incluso durante el sueño. En la tercera etapa se examina el resultado obtenido y su aplicación.
Este método creativo también fue experimentado por el genial músico, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Las ideas musicales emergían en su mente, de manera impredecible, por ejemplo, mientras jugaba al billar. Cuando sucedía, el artista suspendía el juego para anotarlas en una libreta que siempre dejaba sobre los bordes de la mesa.
0 comentarios:
Publicar un comentario