La gran altura y la continua oscuridad en invierno se combinan para hacer del interior de la Antártida el lugar más frío sobre la Tierra. La temperatura más baja registrada jamás fue de –126,9º F (-88,3º C), a 3.505 metros sobre el nivel del mar, en la estación soviética de Vostok, el 24 de agosto de 1960.
Fuente: El libro de los sucesos. Isaac Asimov.
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