El astrónomo Galileo Galilei tuvo el domingo en Roma su primer homenaje por parte de la Iglesia católica a 367 años de su muerte, con una misa promovida por la Federación Mundial de Científicos en el Año Internacional de la Astronomía y aprovechada por el Vaticano para rendirle tributo. En 1633, por afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol, había sido excomulgado por la santa y temible Inquisición.
En el siglo XVII la figura de Galileo era denostada por el poder eclesial. Sus teorías revolucionarias convirtieron a este impulsor de la ciencia moderna en un enemigo de la Santa Sede. Sin embargo, llegó finalmente su reconocimiento. La celebración, que fue oficiada por monseñor Gianfran-co Ravasi en la basílica romana de Santa Maria degli Angeli, apuntó a demostrar que los legados científicos tuvieron aceptación en la doctrina católica. “Galileo fue un hombre de fe, un hombre de ciencia”, consideró el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, quien además bendijo a los participantes del evento en nombre del papa Benedicto XVI.
Bertone apuntó que en esta época emerge una nueva frontera de científicos que sobre el legado de Galileo no renuncian ni a la razón ni a la fe, lo que los revaloriza en su “propia reciprocidad”.
Galileo tuvo un paso fugaz por la carrera de Medicina, que luego cambió por las matemáticas. Ese tiempo le permitió completar su propia teoría del movimiento y de la caída parabólica. Su otra pasión fue la astronomía, donde coincidía con Copérnico en que el Sol no giraba en torno a la Tierra, sino al revés. Luego de conocer el telescopio, se abocó a elaborar una versión mejorada del mismo que le posibilitó hacer sus primeros descubrimientos de la Luna hacia 1610.
En 1632 Galileo publicó su obra Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, donde evidenció su aceptación de las teorías de Copérnico. Por este motivo, “por dañar a la Iglesia”, fue enjuiciado un año después. Casi cuatro siglos más tarde, en 1992, Juan Pablo II intentó una rehabilitación de su figura. Una comisión de expertos, tras diez años, concluyó que “los jueces de Galileo, incapaces de disociar la fe de una cosmología anticuada, creyeron, totalmente equivocados, que la adopción de la revolución copernicana podría minar los fundamentos de la tradición católica, y que era su obligación prohibir que se la enseñara.
Este error subjetivo los llevó a tomar medidas disciplinarias que causaron un gran sufrimiento a Galileo”.La redención de Galileo llegó finalmente en 2009, Año Internacional de la Astronomía, según proclamó la asamblea 62º de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La idea correspondió a Italia, país natal del científico, y tuvo el apoyo de la Unión Astronómica Internacional y de Unesco.
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