Juan Ignacio Cirac Sasturaín, director del alemán Max Planck de Óptica Cuántica y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha participado en el Encuentro sobre Fronteras de la Ciencias Tiempo de Física , en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca.
Este experto ha ofrecido una conferencia sobre computación cuántica, una materia que une disciplinas en apariencia alejadas, como la Física cuántica y la Informática y que promete revolucionar en medio siglo todas las disciplinas científicas al desarrollar superordenadores con aplicaciones difíciles de imaginar en la actualidad."Investigamos cómo dominar el mundo microscópico de los átomos y de las pequeñas partículas para construir ordenadores que sean mucho más potentes que los actuales y que cualquiera que pudiéramos tener si no existiera la Física cuántica", ha afirmado Cirac en declaraciones recogidas por DiCYT. Se trata de un campo de estudio en el que "acabamos de empezar, aunque en el campo de la comunicación ya existen sistemas cuánticos". Sin embargo, "el camino por recorrer es muy largo, estamos desarrollando tecnologías que tardarán en establecerse 40 ó 50 años", asegura.
Más allá del sistema binario "Si tuviésemos un ordenador cuántico hay cálculos de simulaciones de materiales que hoy tardarían millones de años que se harían en minutos", señala. En definitiva, "se dejará atrás el sistema binario porque en el mundo de la Física cuántica existe otro sistema que es muy parecido al binario, pero que nos da muchas más posibilidades y que en lugar de usar los bits actuales utilizará los bits cuánticos".
Entre otras cosas, los nuevos ordenadores servirán para "construir sistemas de comunicación secreta y otras aplicaciones basadas en la Física que describe los fenómenos microscópicos". Por ejemplo, "estamos trabajando en repetidores cuánticos para lograr comunicarnos a largas distancias". En opinión de Cirac, la Ciencia tiene dos tipos de fronteras. Una consiste en "ir donde nadie ha ido, a descubrir nuevos fenómenos que se puedan utilizar para aplicaciones o que nos ayuden a entender de dónde venimos y adonde vamos".
La otra frontera es "llegar a la gente, hacer que los ciudadanos entiendan las motivaciones de nuestras investigaciones y eso es aún más complicado, porque los científicos desarrollamos un lenguaje para entendernos, pero nos cuesta mucho traducirlo a la población".
Fuente: DiCYT
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