Científicos de la Organización Europea de Física Nuclear hicieron colisionar dos haces de protones en el acelerador de partículas instalado en Ginebra; esperan obtener respuesta a numerosas incógnitas del universo
Científicos a cargo del mayor colisionador de partículas del mundo indicaron que consiguieron desencadenar choques de protones generadores de una energía récord para recrear condiciones similares a las del Big Bang del que surgió el universo.
"Esto es física en acción, el inicio de una nueva era, con colisiones de 7 TeV [teraelectronvoltios]", dijo Paola Catapano, científica y portavoz del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra, al dar parte del experimento.
Los vítores irrumpieron en las salas de control cuando los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) de 27 kilómetros de largo, instalado en la frontera entre Francia y Suiza, marcaron el choque de partículas subatómicas a una velocidad cercana a la de la luz.
En dos ocasiones los haces que circulaban en sentidos opuestos por el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, siglas en inglés), el acelerador del CERN, no consiguieron su objetivo. Los intentos de conseguir estas colisiones con las que se quieren recrear los instantes posteriores al Big Bang, la creación del universo, comenzaron hacia las 5 (la hora 0 en la Argentina).
"Se perdieron los haces", indicó a Karsten Eggert, uno de los científicos. Según los físicos, se trata de un problema habitual en un aparato tan complejo como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más potente del mundo.
"Hemos tenido algunos pequeños problemas", afirmó Paul Collier, jefe del departamento de haces del CERN. "Es el tipo de cosas que ocurren con una máquina tan compleja. En una hora y media inyectaremos un nuevo haz".
Mario Martínez, un científico español del experimento ATLAS -uno de los cuatro grandes detectores encargados de recoger las informaciones que generen las colisiones- explicó que cada vez que falla un intento hay que volver a iniciar un proceso que dura unas tres horas.
"Cuando se pierde un haz, hay que relajar los imanes, quitarles la corriente, y luego volver a inyectar los protones y comenzar a aumentar la energía", señaló.
El objetivo que se busca es alcanzar esas colisiones a una energía de 7 TeV (teraelectrovoltios) - la suma de 3,5 TeV en cada sentido- algo nunca realizado por ningún acelerador.
"Después de casi 20 años, ahora vamos a explorar un nuevo territorio", dijo el científico sueco Erik Johansson, al explicar que acelerando y chocando los protones a esa energía esperan resolver secretos como la materia oscura, que forma la mayor parte del Universo, descubrir la antimateria o el famoso bosón de Higgs.
La existencia de esa partícula, que debe su nombre al científico que hace 30 años predijo su realidad, se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre sí.
Los protones circulan por el Gran Colisionador de Hadrones, un túnel circular de 27 kilómetros de diámetro situado a 100 metros bajo tierra en Ginebra, cerca de la frontera con Francia.
"Ahora sólo lo estamos intentando con dos haces en cada dirección, pero al final del experimento, dentro de unos dos años, queremos hacer colisionar unos 2800 haces en cada sentido, para provocar millones de choques, tras lo cual habrá una parada técnica de un año", explicó el científico Michael Barnett.
Siete TeV es la mitad de la potencia calculada del acelerador, y sólo después de esa larga pausa, cuando se haya revisado minuciosamente todo el engranaje, se intentará alcanzar la velocidad de 14 TeV.
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