sábado, 24 de mayo de 2008

El invento más simple


¿Cuánto puede dar de sí un palillo de dientes? Más de cuatrocientas páginas, como acaba de demostrar el ingeniero Henry Petroski con su nuevo libro The Toothpick. El uso de esta herramienta “mundana”, cuenta, se remonta a los primeros homínidos. Los antropólogos han encontrado marcas en dientes fosilizados procedentes de yacimientos tan antiguos como Olduvai, en Tanzania, que sólo pueden tener un origen: palillos de dientes “rudos”. Más que por una cuestión de higiene, es probable que nuestros ancestros echaran mano de este instrumento para desprenderse de la molesta sensación de tener restos de comida entre los dientes, especialmente frecuente cuando incluyeron la carne en su menú. Eso sí, aquellos palillos no eran de madera como los actuales, sino de otro material más corrosivo, quizás tallos de pasto como ha sugerido Leslea Hlusko, paleontóloga en la Universidad de Illinois (Estados Unidos). Según Hlusko, a diferencia de la madera, el pasto contiene grandes cantidades de partículas de silicio abrasivo y duro, que explicarían los surcos dentales.

Entre otras muchas cosas, en su libro Petroski relata cómo se ha adaptado el diseño del palillo en las diferentes culturas. En Japón, por ejemplo, sólo son puntiagudos en un extremo y, una vez usados, es habitual romperlos (para que nadie los reutilice).

Si quiere saber más acerca de uno de los objetos más antiguos de la humanidad, no deje de leerlo (eso sí, de momento sólo en inglés).


:: Link:
http://www.amazon.com/Toothpick-Technology-Culture-Henry-Petroski/dp/0307266362

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