En todas partes, los fabricantes de coches hablan incansablemente del hidrógeno y de su enorme potencial como fuente de energía (General Motors, BMW, Ford, Honda, Mazda,…). Quién se lo iba a decir a Lavoisier, el químico que en 1783 descompuso el agua en oxígeno y un nuevo gas “que producía el agua”, y al que bautizó combinando los términos griegos hydor (agua) y geinomai, (engendrar). De este nombre derivan el español hidrógeno, el euskera hidrogenoa, el inglés y danés hydrogen, el italiano idrogenio, el portugués hidrogenio, el turco hidrojen o el griego hydrogenon. En Alemania se le denomina wasserstoff (que significa “materia del agua”), en polaco se conoce como wodor (de wodo, agua) y en ruso como vodorod. El japonés toma la idea alemana y la traduce como 水 (agua) y 素 (elemental, desnudo).
sábado, 24 de mayo de 2008
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