sábado, 24 de mayo de 2008

Las aves migratorias sufren el cambio climático

Migrar de una punta a otra del planeta batiendo las alas sale caro en términos energéticos. Para un ave de 30 gramos, recorrer una distancia de 4.800 kilómetros desde Panamá hasta Canadá para pasar el invierno supone 3,2 millones de batidas de alas y 1.300 kilojulios de gasto energético extra. Y dado que no están permitidas muchas paradas, el vuelo debe ser lo más eficiente posible.


Ahora, el cambio climático se lo ha puesto aún más difícil a las aves migratorias, ya que provoca vientos más fuertes e inestabilidad atmosférica que aumentan la energía necesaria para desplazarse, según publica hoy la revista PLoS ONE. Los autores del estudio han analizado por primera vez como responden los pájaros en libertad. “Hasta ahora las investigaciones se habían limitado a individuos volando dentro de túneles de viento artificiales”, explica Melissa Bowlin, investigadora de la Universidad de Montana. Bowlin, sin embargo, ha incorporado a la espalda de los pájaros un transmisor de radio, con un peso inferior a un gramo, que registra el ritmo cardíaco y envía los datos a una antena a ras de suelo.

Los primeros resultados indican que ciertas condiciones atmosféricas aumentan el esfuerzo físico necesario para volar. Además, Bowlin y su equipo han comprobado que las aves tienden a disponer las puntas de las alas de forma que el peso se distribuya homogéneamente, ahorrando de este modo energía en sus largos desplazamientos.

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