Trabajaban en un negocio de bicicletas, y acabaron conquistando el cielo. Así podría resumirse la trayectoria de Wilbur y Orville Wright, dos hermanos que han pasado a la historia por ser los primeros en hacer volar un avión.Pero comencemos por el principio. En 1878, papá Wright les regaló a sus hijos una especie de cometa de corcho, bambú y papel. El juguete, que estuvo varios días volando por la sala de estar hasta que se rompió, dejó huella en sus mentes infantiles. Una década después el mayor de los hermanos, Wilbur, ya leía todo lo que caía en sus manos sobre la precoz ciencia aeronáutica: libros de su padre, de la biblioteca pública, incluso algunos documentos que pidió por carta a la Smithsonian Institution. Después de la documentación, pasaron a la acción. En 1899, los hermanos Wright dieron un paso importante al construir con madera, alambre y tela una cometa de un metro y medio de envergadura. Wilbur se comprometió entonces a conseguir un ingenio como aquel capaz de sostener a un hombre. Su compromiso se convirtió en una obsesión, y el taller situado tras su comercio en el lugar donde desafiar a la gravedad. Entre las cuatro paredes de aquella sala construyeron un precario túnel del viento. Metódicos y aplicados, estudiaron cada detalle, obteniendo cálculos que aún hoy resultan de utilidad. Hasta que al fin, en 1903, con su aeronave Flyer, conquistaron por primera vez el aire. Su éxito fue, como diría Edison, fruto de un 1% de inspiración y un 99% de transpiración.El 22 de mayo de 1906, hace exactamente un siglo, les concedieron la patente. Y la efeméride, que recogimos en el calendario 2006 de Ciencia Digital, nos ha parecido buena excusa para invitarles a visitar una web y un multimedia interactivo.
jueves, 29 de mayo de 2008
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