jueves, 29 de mayo de 2008

Las suposiciones condicionan nuestra percepción visual



Ahora, un poco de óptica...
Una nueva investigación ha descubierto que la manera en que interpretamos la luz que llega a nuestros ojos está condicionada por las presunciones que nos hacemos previamente sobre el entorno, lo que confirma que, en el proceso de la percepción visual, el cerebro “construye” en parte lo que vemos. Generando un entorno en el que no existían las “suposiciones” visuales (que amplían las posibilidades de interpretar la información visual de los entornos), ocho voluntarios debieron señalar un objetivo que cambiaba continuamente de posición en la pantalla de un ordenador. Señalaron mayormente aquellas localizaciones del objetivo más cercanas a la dirección en la que ellos miraban, además de que creyeron que habían conseguido ver algunos objetivos porque los estaban mirando directamente, aunque no fuera así.


Normalmente, tendemos a ver mejor aquellas cosas a las que dirigimos nuestras miradas directamente pero, según una nueva investigación, también afecta a nuestra percepción visual otro factor: las suposiciones que hacemos acerca del entorno que rodea nuestros objetivos visuales. Un estudio dirigido por el investigador E.M. Brenner, de la Universidad holandesa de Vrije, ha permitido comprender un poco más el mecanismo de colaboración que se establece entre el cerebro y los ojos a la hora de interpretar lo que vemos diariamente. Los resultados de su investigación han sido publicados por la revista especializada Journal of Vision. Presunciones y entorno En su artículo, los científicos explican que la manera en que interpretamos la luz que llega a nuestros ojos está condicionada por las presunciones que nos hacemos sobre el entorno. Por ejemplo, cuando confiamos en las sombras para juzgar la forma de un objeto, en realidad lo que hacemos es suponer la reflectancia de la superficie del objeto, así como su iluminación. Al parecer, sin este tipo de presunciones las posibilidades de interpretar los estímulos visuales serían muy limitadas, por lo que es normal que “aceptemos” que no nos fallarán o que no nos engañan. Anteriores estudios habían confirmado que la familiaridad con un entorno determinado permite que nos parezcan más creíbles estas presunciones o suposiciones acerca de lo que vemos. Para desarrollar esta línea de investigación, el estudio de la universidad holandesa se propuso descubrir de qué forma el ser humano interpretaría visualmente un entorno en constante cambio o un entorno “cuestionable”, en ausencia de las presunciones visuales comunes.

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